Salvemos al mundo


Estamos cambiando nuestro mundo, nuestra raza humana está transformado el planeta, somos testigos de eventos antes inimaginables: cae nieve en Hawai, ola de calor, de hasta 50 en Australia; invasión de osos polares en Rusia por el deshielo del Ártico; sequía en Puerto Rico.


La ONU declara que tenemos hasta el 2030 para detener el calentamiento global, o de lo contrario los daños serán irreversibles, el cambio está en nuestras manos, somos nosotros individualmente quienes con muy poco podríamos lograr mucho, aportando nuestro granito de arena.


Arena y piedra, dos elementos abundantes en la naturaleza y fáciles de recolectar, contienen en su interior la capacidad de transformarse en un material inquietante. El vidrio.


Una llamarada de calor funde estos minerales, convirtiéndola en una masa etérea, maleable y trasparente, susceptible de ser formada por medio de aire, una labor artesanal, en la cual un artista plasma su maestría en objetos, mientras compite con el corto tiempo de enfriamiento logrando piezas espectaculares que son apreciadas y conservadas en el tiempo.


Con gran habilidad artistas y diseñadores se encargan de crear botellas de vidrio que en sí mismas son una obra que hablan del valor de su contenido.


El proceso de fabricación del vidrio, en el caso de las botellas y envases de boca ancha, inicia con la preparación de la materia prima, se mezclan y se conducen sistemáticamente al horno, el cual está a una temperatura de 1.000 centígrados, estos hornos funcionan 24 horas al día los 365 días al año por 15 años (su vida útil) y pueden producir hasta 800.000 embaces en un día.


Por desgracia, al quedar vacías, las botellas pierden valor y se convierten en desechos. Desechos que le costaron al planeta una gran cantidad de agua y energía.


El vidrio tiene una gran ventaja, es 100% reciclable y este proceso se puede realizar tantas veces como se quiera sin perder calidad, por lo que se cierra el círculo ecológico por completo.


No obstante, el proceso de reciclaje gasta un gran porcentaje de energía, aún cuanto es un 40% menor que el necesario para producir vidrio nuevo, representa un consumo de energía mayor que la requerida para la producción y reciclaje del plástico.